Autor: Luis Fernando Arredondo Gómez
[Crónica escrita en Envigado, "La Ciudad Señorial", durante el primer semestre de 2003, para el curso de Periodismo I de la Universidad de Antioquia, dictado por el periodista Carlos Mario Correa, quien lo presentó al comité editorial del periódico universitario "De la Urbe", pero no fue publicado. Es otro producto de mi etapa ultramontana, que ya pasó afortunadamente.]
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Año 2003 |
Génesis
Los pies del viejo prelado se hundieron sobre el humus arrancado a la fértil pradera por los cascos de su caballo. Sonriendo exclamó: “¡Este es el sitio! ¡Si Dios nuestro señor no dispone otra cosa, aquí haremos el Congreso!”. Su acompañante, la dueña del lugar, dijo: ¡Claro su Excelencia, pero le pido que huyamos de este sol, no vaya a ser que terminemos calcinados!” El espigado Arzobispo Salazar y Herrera, y la elegante matrona aceleraron el paso de las bestias.
El Segundo Congreso Eucarístico Nacional se realizó en Medellín entre el catorce y el dieciocho de agosto de 1935. Fue un homenaje a la eucaristía al que asistieron cuatrocientas mil personas de todo el país, entre religiosos y peregrinos, así como algunos prelados iberoamericanos.. El censo de la época indica que la población de la ciudad era de ciento cincuenta mil habitantes.
Asistentes (foto de Jorge Obando, archive BPP, Medellín) |
Buena parte del evento se desarrolló en un “campo eucarístico” con un área de doscientos mil metros que hoy coincide con el barrio Sevilla, y que comprende sitios como el Jardín botánico, el Planetario, la Clínica León XIII, Policlínica, el templo El Sagrario, parte del Hospital San Vicente de Paúl y parte de la Universidad de Antioquia.
Allí se realizaron las misas más monumentales que el país haya visto: la liturgia era presidida por decenas de religiosos orando sobre un templete blanco, formado por varias gradas y una cúpula sostenida por cuatro columnas, rodeada por ocho ángeles y coronada por una cruz. El montaje musical también fue irrepetible: voces de niños, mujeres y hombres fluyeron desde los coros para confluir en el cielo. Tubas, trombones, trompetas, tambores, marcaron el avasallante paso de los doscientos mil hombres que participaron en "La Marcha de las Antorchas".
Chelos, violas, violines, flautines, sirvieron de fondo a las invocaciones que en latín hacían los prelados al “Cristo sacramentado”. También tomaron el liderato durante las interpretaciones de la música sacra. Las oraciones en el día y en la noche, los desfiles de los obispos, las primeras comuniones. Las marchas de los scouts, de la guardia de honor, del ejército con sus cascos alemanes. Los aviones de Scadta lanzando flores sobre el campo eucarístico, y hasta el sol, realizando proezas en el firmamento, participó del Congreso. De paso quemó las rectas narices de Carlos E. Restrepo [1].
Chelos, violas, violines, flautines, sirvieron de fondo a las invocaciones que en latín hacían los prelados al “Cristo sacramentado”. También tomaron el liderato durante las interpretaciones de la música sacra. Las oraciones en el día y en la noche, los desfiles de los obispos, las primeras comuniones. Las marchas de los scouts, de la guardia de honor, del ejército con sus cascos alemanes. Los aviones de Scadta lanzando flores sobre el campo eucarístico, y hasta el sol, realizando proezas en el firmamento, participó del Congreso. De paso quemó las rectas narices de Carlos E. Restrepo [1].
Fotomontaje con el arzobispo Caycedo, el template y un avión Scadta (Jorge Obando). |
En otros lugares de la ciudad se implementaron los Juegos florales: lleno total en el viejo Teatro Bolívar para escuchar a los partícipes en los concursos de oratoria sacra y de poesía. Exposiciones de arte religioso y moderno en la facultad de filosofía de la Universidad de Antioquia y en el Instituto de Bellas Artes. Conferencias y transmisiones radiales a través de las emisoras La Voz de Antioquia y Ecos de la Montaña.
La dueña de buena parte de los terrenos del Campo Eucarístico [2] los había donado a la Arquidiócesis de Medellín, pero con la condición de que en sus inmediaciones se levantara un templo. Posiblemente el templete construido con motivo del Congreso fue una forma de cumplir la condición, y existe prueba documental de que entre 1935 y 1942 fue punto de referencia y lugar de peregrinación. Sin embargo, muerto el Arzobispo Salazar y Herrera, en marzo de 1942, se procedió a derruir el templete. Las tierras volvieron a manos de la familia de la matrona. Éstos, con ayuda de la Acción Católica, construyeron la Iglesia el Sagrario en el sitio donde estuvo el templete.
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Arzobispo Salazar y Herrera, presidente del evento |
Barrio “Se-villano”
El barrio Sevilla fue conformado por muchos de los peregrinos que llegaron a la ciudad para asistir al Segundo Congreso Eucarístico. Sin embargo, de esas primeras familias "hoy no queda casi nadie". La principal razón ha sido la inseguridad que asoló al barrio entre 1971 y 1993 aproximadamente. Al respecto, Raimundo Muñoz, un habitante del lugar, nos dijo: “Con decirle que por aquí mataban diario. En una ocasión mataron a diez en una noche.” Y entre risas agregó: “¡Cómo sería de aterradora la cosa por aquí, que durante el día estas cuadras hervían de atracadores, y no faltaba el que mostraba a los otros la lesión que alguna víctima le había producido¡”. En esa época también abundaban la prostitución, la venta de estupefacientes, y lo más “sevillano” del lugar eran los “villanos”.
Luego de años de limpieza social, de guerras entre bandas y de controles policiales, el barrio Sevilla es para sus habitantes un “paraíso” que contiene también a la Universidad de Antioquia, al Colegio Simón Bolívar, a la Escuela Juan del Corral, a la Escuela Sofía Ospina de Navarro, a la Escuela Javiera Londoño, al Centro de Salud San Camilo, a Medicáncer, a la Iglesia Evangélica Cuadrangular, a la Iglesia Adventista, al Cementerio de San Pedro y al Parque Norte.
Templo El Sagrario, Barrio Sevilla (Medellín). |
Retorno a la iglesia
Después de una mañana de pesquisas y de varios años de rebeldía, me encontré a la vista del magnífico templo El Sagrario. “Parece una Fortaleza cátara”, me dije. A pesar de que el sitio está a dos o tres cuadras de mis lugares de tránsito normal, me sentí hondamente conmovido y ávido de encontrar los vestigios del Segundo Congreso Eucarístico. Comencé a oler: olía a hierba, a tierra mojada y a verdor. Comencé a sentir: mi espíritu estaba alegre y tranquilo, aun cuando un par de sujetos querían atracarme, o eso creí.
Faltaban cinco minutos para las seis de la tarde, varias nubes cargadas de lluvia lo ensombrecían todo, en un costado del templo una puerta abierta: me introduzco. ¡Vaya sorpresa! ¡Cuatro estatuas neoclásicas desde lo alto me saludan! ¡Cada una representa una virtud: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza! Al fondo del frontis, el Cristo crucificado más sensacional que había visto: casi bizantino, es decir, rígido, sin expresión en el rostro, de cabello corto, sin barba, sin heridas, sin sangre en sus clavadas manos, rodeado de símbolos, de imágenes clásicas, medievales, de color. El sagrario del templo en el costado izquierdo del templo, con unas inscripciones como las de la iglesia primitiva, supongo, resguardado por dos ángeles.
Faltaban cinco minutos para las seis de la tarde, varias nubes cargadas de lluvia lo ensombrecían todo, en un costado del templo una puerta abierta: me introduzco. ¡Vaya sorpresa! ¡Cuatro estatuas neoclásicas desde lo alto me saludan! ¡Cada una representa una virtud: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza! Al fondo del frontis, el Cristo crucificado más sensacional que había visto: casi bizantino, es decir, rígido, sin expresión en el rostro, de cabello corto, sin barba, sin heridas, sin sangre en sus clavadas manos, rodeado de símbolos, de imágenes clásicas, medievales, de color. El sagrario del templo en el costado izquierdo del templo, con unas inscripciones como las de la iglesia primitiva, supongo, resguardado por dos ángeles.
Interior templo El Sagrario |
El Domingo de ramos volví a El Sagrario. El templo estaba lleno, el ambiente era muy alegre, más festivo y sincero que en otros lugares. La misa fue musicalizada con teclado, coro de niñas y batería, mis hijos se cogieron de las manos, uno frente al otro, se inclinaron hacia atrás y comenzaron a girar mientras cantaban y reían. Yo me preguntaba: “¿qué queda aquí del Segundo Congreso Eucarístico?” Comencé a mirar a la gente: bien organizada, limpia. Me encontré con una prima de mi madre a la que poco frecuentamos, familiar también de Salazar y Herrera. Siempre asiste a la eucaristía en esta iglesia. Nuevamente una tormenta me aleja del sitio.
Vuelvo un sábado al medio día para conversar con Edgar Martínez, párroco de El Sagrario. Poco tiene que decir: “la iglesia se comenzó a construir en 1951. El folleto con la historia del templo lo perdí... Esas estatuas nada tienen que ver con la iglesia, yo no veo qué tengan que ver. Eso lo puso el padre Raúl Henao... No sé dónde lo encuentra. Vaya a la curía en Villanueva...” Y para colmo, cuando ríe se parece a Vargas Vil [3]. Observo los nombres de algunos negocios que circundan la iglesia: Cafetería Pies Descalzos, Centro de Fe y Esperanza, Restaurante Zona Refrescante mi Barquito, Floristería Manojos, Cafetería la Sombra, Salsamentaria la Playa, Caferería los Orillos...
Domingo de ramos en El Sagrario |
Tiberio de Jesús Pantaleón Salazar y Herrera fue llamado “el Arzobispo de la educación”. Construyó varias catedrales y fundó distintas instituciones educativas, entre las que se destaca la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB). La figura central de su escudo arzobispal era el buen pastor. Algo hay de pastor y pastoreo en esta zona de Medellín cuyo centro es la Iglesia El Sagrario. Algo hay que atrae tanto a los que creen como a los que piensan. Y ese algo es una cosa sagrada que está cobijada por los escombros del viejo templete y por los muros de la nueva iglesia. Precisamente esa es la función de un Sagrario: dar cobijo, resguardar, dar sombra a lo sagrado. Tal vez esa cosa sagrada fue una promesa de amor dada por los padres de nuestros abuelos.
Arzobispo Salazar y Herrera en la UPB (Medellín) |
ENLACE:
Audio en formato mp3. Lectura del discurso de apertura del Congreso eucarístico, pronunciado por Salazar y Herrera en agosto de 1935. Duración: 28 minutos. Voz: Luis Fernando Arredondo Gómez.
Discurso de apertura del Congreso Eucarístico año1935
NOTAS:
[1] Presidente de la República de Colombia entre los años 1910 y 1914.
[2] El nombre de esta mujer no lo recuerdo, pero lo leí en el texto de Juan Botero Restrepo dedicado al primer rector de la UPB, Manuel José Sierra Ríos: "Todos en su Puesto".
[3] Comediante antioqueño. Tampoco me dijo dicho párroco que entre los muros de El Sagrario se guarda el archive documental del mentado Congreso...